31.12.09

Propósitos de Año Nuevo

Os doy la más cordial bienvenida a mi nuevo espacio virtual. Este blog lo he construido sobre las cenizas de uno anterior que tenía (está por demás decir que yo mismo le he incendiado y he vislumbrado, lleno de ilusión, la llama que iba reduciendo a nada centenares de palabras que, a términos prácticos, no decían nada imprescindible para el grueso de la población mundial), y pretende ser, como su título lo indica, un espacio en el que exprese mis opiniones sobre artículos que hayan llamado mi atención y sobre ciertas costumbres sociales que me parecen remarcables.

Por ejemplo hoy, a unas pocas horas de terminar el año, he decidido inaugurar este blog escribiendo sobre los propósitos de Año Nuevo. ¿Por qué la gente hace estas cosas?

Pues bien, en principio comenzaré explicando lo que son los propósitos de año nuevo. Son promesas que un individuo se hace a sí mismo a fin de corregir un mal hábito, mejorar su calidad de vida, adquirir nuevos conocimientos, etc. Se les llama "propósitos de Año Nuevo" porque, como su nombre lo indica, deben cumplirse a partir del 1 de enero, y es justamente en eso donde la gran mayoría de las personas fallan.

Hora de poner un ejemplo utilizando personajes ficticios: El señor Alberto está casado con la señora Berenice. El señor Carlos es hermano de la señora Berenice y, por tanto, cuñado del señor Alberto. El señor Alberto y el señor Carlos no se llevan muy bien por razones que, a efectos de este ejemplo, no nos interesan. El señor Alberto ha puesto entre sus propósitos de Año Nuevo ser más amable y cordial con su cuñado. El señor Carlos ha puesto entre sus propósitos el dejar de fumar. La señora Berenice ha puesto entre sus propósitos cosas que, a efectos de este ejemplo, tampoco nos interesan. Una vez terminadas las campanadas, y una vez que nuestros tres personajes hubieron terminado sus uvas, hubieron brindado y se hubieron abrazado, el año nuevo da inicio oficialmente. En la sobremesa, el señor Carlos saca un cigarrillo, lo enciende, y comienza una conversación sobre los propósitos de Año Nuevo. Menciona que su principal propósito es el dejar de fumar. El señor Alberto, al ver a su cuñado fumando, se mofa de sus intenciones y lanza un comentario hiriente. Se genera un momento de tensión en el que nadie dice nada. El señor Carlos, abatido, aplasta el cigarrillo en el cenicero y se retira a su casa.

Analizando, ¿qué conclusiones podemos sacar de esto? Bien, en principio nos podemos dar cuenta de que el señor Carlos fue el primero en romper su propósito al sacar un cigarrillo y fumar en los minutos iniciales del año. En segundo lugar tenemos que, inmediatamente después, su cuñado ha faltado a su propio propósito al espetar esas palabras. Obviamente eso no quiere decir que no tengan oportunidad a lo largo del año para cumplir con su objetivo pero, siendo sinceros, será difícil que lo logren. ¿Por qué? Supongamos que las palabras del señor Alberto calaron hondo en el señor Carlos. Este hecho hará que el señor Carlos comience el año un tanto deprimido y que, para sentirse mejor, siga fumando. Probablemente, unos meses después, se dé cuenta de que sigue fumando y posponga su propósito para el año próximo. Por otra parte, el distanciamiento que existía entre el señor Alberto y el señor Carlos pudo haberse hecho más grande a raíz del comentario del primero, por lo que las oportunidades de ser amable y cordial con él también habrán caído considerablemente.

Como podemos observar, el incumplir propósitos puede hacer que, sistemáticamente, la gente a nuestro alrededor también incumpla los suyos propios. Pero, ¿de verdad es tan débil nuestra fuerza de voluntad para cumplir con lo que nos hemos propuesto? La respuesta la conoce cada quien.

Entre los propósitos más comunes tenemos los siguientes:
  • Mejorar la salud (perder peso, ejercitarse, comer mejor, etc.)
  • Mejorar las finanzas personales (ahorrar dinero, pagar deudas, etc.)
  • Conseguir un mejor empleo, un aumento o un ascenso. 
  • Adquirir nuevos conocimientos (aprender otro idioma, tocar un instrumento, etc.)
  • Mejorar personalmente (ser más organizado, estresarse menos, etc.)
  • Escribir un diario
  • Viajar
¿Es verdad que se logran cumplir? Un estudio reciente reveló que aunque el 52% de los participantes estaban seguros de que cumplirían sus propósitos, sólo un 12% de ellos alcanzó realmente sus objetivos. De ese porcentaje, quedó demostrado que los hombres se fijaban metas a corto plazo y fáciles de cumplir (como "perder dos kilos por mes" en lugar de simplemente decir "perder peso"), mientras que las mujeres tenían más éxito si hacían públicos sus propósitos ya que contaban el apoyo de sus amistades.

Por mi parte, he de decir que no me fijé ningún propósito en especial al iniciar el 2009, pero sí que logré cumplir con algunos de los puntos que están en la lista de arriba: he llevado un diario y he estado aprendiendo catalán. Así las cosas, no se me antoja planetarme ningún propósito para el 2010. ¿No creen que es más divertido andar por ahí cumpliendo los propósitos de los demás? Un abrazo a todos y… ¡feliz Año Nuevo!

2 comentarios:

Oscar Espinosa "Zkr13" dijo...

Yo tampoco me he fijado metas para iniciar el primero de enero pues no creo que esta fecha deba de tomarse como inicio para dichos propositos, creo que en cualquier momento puedes hacer algo que te propongas, sin tener que esperar hasta el proximo año para lograrlo...

Anónimo dijo...

los propositos de año nuevo apestan...creo que de eso viven los gimnasios no?, de gente que se hace membresias al principio y a la segunda semana lo dejan...demo tmb puede ser que los vean como un nuevo comienzo, lo que nos lleva a decir que las personas se preocupan muy poco por su crecimiento personal.

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